30.1.07

Addictions Vol. 1

Ayer caí. Me arrepentí al instante, pero ya era demasiado tarde. En realidad hace días que me lo venía buscando. Hoy, de vuelta a la casilla de salida. A ver cuánto aguanto esta vez.

Como cantaba Robert Palmer: you’re simply irrisistible

28.1.07

Recuerdos

Cuando era pequeña, en la peluquería de mi abuela, para que me entretuviera me daban un listín telefónico. Uno con las páginas azules o bien las páginas amarillas. Yo contaba las páginas y me sorprendía que no coincidiera el número que yo contaba con el que aparecía en la esquina de arriba (en el listín azul, las páginas pares e impares, en el amarillo, el número de la categoría del primer servicio que aparecía en la página). Las clientas se sorprendían que yo estuviera allí, tan quietecita, simplemente contando las páginas de un listín.

También me gustaba jugar con los rulos y bigudíes, los ordenaba por tamaños, formas y colores y los colocaba en los diferentes estantes del carrito, que a su vez estaban divididos en parcelas más pequeñas. A casa podía llevarme las cajas de cartón con los separadores. Las podías desmontar y descubrías que una especie de E’s encajaban para formar una celosía, que se aguantaba sin necesidad de pegamento (en aquella época, sin embargo, no sabía lo que eran las celosías).

Y de todo esto me he acordado mientras hacía los deberes de inglés. Qué cosas tiene la mente.

17.1.07

Sensaciones repetidas

Hoy tengo una sensación que hacía mucho no experimentaba, una sensación desagradable, como de vacío o de impotencia. Hoy has estado conmigo, pero no sé por qué siento que nunca serás mío.

La sensación me ha golpeado al quedarme sola, como la otra vez. Aquella vez me quedé llorando en la puerta. Hoy simplemente he decidido no ir de rebajas. Supongo que acabaré llenando el vacío con un plato caliente (mañana ya iré al gimnasio a quemarlo).

5.1.07

Sonrisa tonta

Este año he vuelto a poner por escrito los objetivos que quiero conseguir. Entre ellos está el de ir al gimnasio o hacer ejercicio una media de tres días por semana. De momento, en lo que llevamos de la primera semana del año, ya he ido 4 veces, con lo que este objetivo de momento lo estoy cumpliendo.

Ayer, en el gimnasio, mientras corría en la elíptica, se puso en la cinta de correr de enfrente un tío súper-cañón. Buen cuerpo, moreno y bastante majo de cara (reconozco que no llevaba ni las gafas ni las lentillas, por lo que puede ser que esté exagerando). En fin, el caso es que desde que me fijé en él no pude evitar que se me fuera escapando la sonrisa tonta mientras seguía corriendo.

Intenté que no se me notara que estaba mirándole, distrayendo la vista hacia los televisores del fondo, pero de vez en cuando, mi mirada volvía a él. Me fijé que él también hacia ejercicio con cara sonriente, supongo que porque debe saber el efecto que causa.

No hubo miraditas (gracias al cielo, porque soy fatal en eso) ni conato de acercamiento por su parte, y en cuanto acabó de correr ya no volví a verlo más, pero fue uno de aquellos días en los que ir al gimnasio te deja con ganas de volver (a pesar de que al día siguiente te duela todo el cuerpo).