13.11.10

Lo bueno, si breve...

En la comida psicodélica del domingo pasado surgió un tema sobre el que he estado reflexionando esta semana. Hablando de las presentaciones (powerpoints de proyectos, vamos), decíamos que lo bueno, si breve, dos veces bueno.

Yo me aventuré a decir que estaba totalmente de acuerdo con el dicho. Momento de silencio en el que todos estuvimos pensando en el sexo, y tras unas miradas y una pregunta entre E y ERM: ¿estás pensando lo mismo que yo?, yo dije que en el tema sexo, también lo consideraba válido.

Los polvos eternos que no se acaban nunca no me gustan (si tanto se alarga la cosa, llega un momento en el que yo ya no disfruto, mi cabeza se va y únicamente me pregunto si el tío lo está haciendo por mí, con lo cual la está cagando, o realmente es que no llega a ninguna parte, con lo cual, ¿por qué no nos damos un respiro?).

Entonces, ¿a ti te sólo te gustan los polvos rápidos?, fue la pregunta de E. Pues no, me gustan los polvos con su duración justa y los ideales son aquellos en los que tanto yo como mi pareja estamos sincronizados y llegamos al orgasmo juntos.

Les dije a E y a ERM que no me veía en un estado de orgasmo permanente. Viendo el reportaje de Redes de la semana pasada
me reafirmo en mi idea. En un momento del programa, describen el experimento que se hizo sobre unos ratones a los que se implantó un chip en el cerebro para estimular el centro del placer. Los ratones aprendieron que si apretaban una palanca se producía una descarga placentera y que si apretaban otra, obtenían comida. Los ratones se dejaron morir de hambre porque únicamente apretaban la palanca del placer. Lo siento, pero todavía me queda mucho por vivir.

La reflexión de esta semana, sin embargo, no ha sido sobre la duración de las relaciones sexuales, sino sobre el significado del refrán. Yo creo que en realidad lo que nos viene a decir es que si alargamos las cosas más allá de lo necesario, es más que probable que de buenas pasen a mediocres o incluso se conviertan en malas. Supongo que el problema está en saber discernir cuándo es suficiente.

7.11.10

Psicodelia

Hoy ERM me ha invitado a comer. Cuando ya le estaba diciendo que sí va y me suelta que E también vendría. Otra vez el trío. Algo me ha chirriado, pero no le he dado importancia. En teoría, si se supone que somos amigos, deberíamos ser capaces de estar los tres juntos y pasárnoslo bien.

Cuando he llegado a casa de ERM él todavía no había llegado. Ella me ha dicho lo guapa que estaba con lo que llevaba puesto (unos tejanos y una camiseta negra) y me ha preguntado cómo estaba. Como no quería entrar en detalles, y considerando que estoy mejorando, me he limitado a decirle que creía que había entrado en la crisis de los 40. Ella es de mi quinta y no sé por qué he supuesto que con eso me libraría de entrar en más detalle, sobre todo considerando que una parte de mi malestar se debe posiblemente a E, y otra más grande todavía a la relación (no sé de qué tipo) que mantienen ella y E.

Craso error. No se ha conformado con esa simple explicación. Cuando ha llegado E me he visto sometida por parte de ERM a un interrogatorio sobre qué era realmente lo que me pasaba. La situación ha sido bastante psicodélica. Yo intentando echar balones fuera, ERM presionándome, y E agobiándose (creo). Tanto que al final se ha puesto a jugar con el móvil. Básicamente lo mismo que hacía en China.

Aunque sé que son paranoias mías, me daba la impresión que ERM quería que descubriera mis sentimientos por E, y encima delante de él. Al final he tenido que decir que la conversación me incomodaba un poco y que necesitaba tiempo para reflexionar, porque no era capaz de expresar en palabras las sensaciones que tenía.

La tarde sin embargo no ha sido improductiva. Lo más mínimo.

Yo creía que tenía claro lo que quiero en la vida. Quiero que me quieran. Tanto ERM como E se han quedado sorprendidos. Parece ser que ellos lo que quieren es ser ellos los que dan amor. Evidentemente, pensando que el amor ha de ser algo recíproco, en realidad no hay demasiada diferencia. Yo no deseo que me quiera cualquiera, sino que me quieran las personas a las que yo quiero.

El problema de mi punto de vista es que yo espero algo de los demás (que me quieran), y sobre eso no tengo ningún control ni ninguna influencia, con lo cual tengo muchos números para no conseguir mi objetivo. Darse cuenta de esto creo que es un gran paso.

E, que el jueves me dijo que nunca me diría lo que yo tenía que hacer, hoy sí me lo ha dicho, aunque creo que se ha sentido mal haciéndolo. Me ha dicho que tenía que olvidar. Olvidarlo todo para aprender de nuevo. Soy demasiado rígida en mis estructuras mentales y en mi forma de ver las cosas.

Olvidar me da miedo. Y me da miedo convertirme en otra persona. Quiero ser mejor, no sentirme mal ni agobiada, pero no quiero ser otra.

Por cierto, y cambiando totalmente de tema ¿alguien le pone nombre a las plantas?

6.11.10

Hoy

Hoy estoy de bajón, aunque no me resigno a ello y por eso me he puesto a escribir. Quizás intentando poner en claro lo que siento, consiga quitarme esta sensación de encima. No sé bien cuál es el motivo, quizás las hormonas, quizás que ayer salí, bebí vino y he dormido poco, quizás que ayer vi a E de forma imprevista y me sorprendió que se quedara de copas hasta las 3 de la madrugada e incluso estuviera dispuesto a seguir.

Aunque ya me he recuperado bastante y tengo racionalmente claro que E no es lo que quiero, emocionalmente todavía no he podido sacármelo de encima. Ayer me dio la sensación que en el mes que pasé con él me llevé una versión descafeinada y apática, y a pesar de todo consiguió que me enamorara de él (posiblemente no fue amor, pero no encuentro ahora una palabra mejor para describirlo).

El jueves quedé con E para comer. Me sentí a gusto, aunque noté que un par de veces nos quedamos los dos sin nada que decir. Fueron unos segundos, pero yo lo noté. Cuando quedo con él ya no me planteo sacarle el tema de lo que yo pueda sentir. No veo qué utilidad puede tener para mí exponerme a un rechazo, cuando además sé que aunque él no me rechazara a la larga no me haría feliz, porque la versión descafeinada y apática será insuficiente para mí y ahora sé que existe.

Sin embargo, a veces, cuando hablo con E me da la impresión que me está diciendo que debo tomar la iniciativa y hacer un ataque en toda regla. ¿Por qué sino me explica que cuando a su hija de 15 años le gusta un chico no se corta un pelo y ella se lo dice al chico en cuestión? ¿Por qué me dice el jueves que aunque pensemos que tenemos pocas oportunidades de que algo salga bien, a veces es mayor el coste de no intentarlo que el coste del fracaso?

Soy consciente que hago una lectura interesada de sus palabras. Tanto pueden significar Silvia, a qué estás esperando, dime lo que sientes y te llevarás una sorpresa, como pueden no significar nada de eso. Mi parte racional me dice que no haga caso, que no me está enviando ningún mensaje encubierto, que yo no le gusto y que su relación conmigo es más bien una obligación que ha contraído sin darse cuenta. Al fin y al cabo soy siempre yo la que tengo que proponerle que nos veamos.

Mucha gente me diría que no he de ser tan racional y que he de dejarme llevar por mis emociones. Sin embargo, la experiencia me dice que mi parte racional es la que tiene razón a la larga y que dejarme llevar no me reporta ni satisfacción inmediata (en este caso, ¿qué satisfacción podría encontrar en que me dieran calabazas?) ni satisfacción a la larga (¿qué satisfacción habría en que E se alejara más para no seguir alentando esperanzas en mí?).

Quizás el tema está en que una cosa son las emociones y otra la intuición. Dejarse llevar por las emociones no es positivo. Tomar decisiones en base a intuiciones, en cambio, suele ser un método óptimo, puesto que no requiere tener toda la información y no es necesaria la ardua labor de procesarla en profundidad.

Mi intuición sin embargo muchas veces no me dice nada. Posiblemente estoy poco acostumbrada a prestarle atención. Me distraigo con el análisis racional y la tengo callada. Se me acaba de ocurrir que puede ser interesante, a partir de ahora, antes de empezar con el proceso racional de toma de decisiones, escuchar a mi intuición. Luego hacer como siempre y entonces ir comprobando si mi intuición es fiable. Si lo es, a la larga podré tomar más decisiones intuitivamente y por tanto ser más resolutiva.

Después de escribir todo esto ya me siento mejor ;-)

13.9.10

Filtrado

Es impresionante la capacidad de filtrado que tiene nuestro cerebro, y no me estoy refiriendo al filtrado de los pensamientos que nos hacen ver la realidad que no queremos ver, sino simplemente al filtrado de los estímulos externos.

Habré escuchado esta canción de Madonna infinidad de veces, y sin embargo hasta hoy no había percibido la letra. Es como si yo misma la hubiera escrito. El boy en cuestión va cambiando, pero básicamente siempre es la misma historia. Está claro que tengo una personalidad obsesiva.



You took a pretty picture
And you smashed it into bits
Sank me into blackness
And you sealed it with a kiss

If only I could let you go
Why do I need you so

It's amazing what a boy can do
I cannot stop myself
Wish I didn't want you like I do
Want you and no one else

You took a poison arrow
And you aimed it at my heart
It's heavy and it's bitter
And it's tearing me apart

If only I could set you free
You worked your way inside of me

It's amazing what a boy can do
I cannot stop myself
Wish I didn't want you like I do
Want you and no one else

It's amazing what a boy can say
I cannot stop myself
Seems I love you more than yesterday
Love you and no one else

Oh, it's amazing
It's amazing what a boy can do
I cannot stop myself
Wish I didn't want you like I do
Want you and no one else

It's amazing what a boy can say
I cannot stop myself
Seems I love you more than yesterday
Love you and no one else

It's amazing
Oh, it's amazing

I cannot stop myself
Wish I didn't
Love you and no one else

9.9.10

Orden

Ya hace unos días que volví de mi viaje por la China. 32 días fuera de casa, el viaje más largo que he hecho hasta el momento.

Me fui con un compañero de clase. No nos conocíamos demasiado, pero a priori no parecía una persona conflictiva con la que ir de viaje. Además me gustaba.

Pasaron los 32 días, con sus correspondientes noches. Compartiendo habitación, algunas veces hasta cama. Compartiendo prácticamente las 24 horas del día. Pero en sus ojos ni el menor atisbo de que yo pudiera gustarle. No nos engañemos, 32 días dan para mucho y aunque yo no soy un lince en estos temas, si hubiera habido algo lo habría captado.

Por mi parte la atracción sigue viva. E me sigue gustando, quizás más que antes, aunque no creo que pudiera soportar una relación con alguien como él (o al menos con alguien que actuara normalmente como él en el viaje). E es demasiado silencioso, y aunque a mí el silencio no me molesta prefiero estar con alguien que camine a mi lado y hable conmigo. También quiero alguien para el que yo sea más importante que la conexión a internet.

Ya han pasado 4 días desde que volvimos a nuestras vidas normales, pero yo no acabo de centrarme. Pensar en E y en la oportunidad perdida de saber si podría haber habido algo entre nosotros todavía me perturba. Tengo ganas de volver a verlo, de saber si me ha echado de menos igual que yo a él, de saber si simplemente no sabe mostrar sus sentimientos y en realidad yo sí que le gusto.

Sin embargo también pienso en la absurdidad de todo. Si ya sé que quiero otra cosa, ¿para qué molestarme siquiera? ¿Por qué no dejarlo como una amistad y punto? Necesito un poco de orden en mi cabeza. Supongo que estaré en esta tesitura hasta que aparezca otra persona que me llame más la atención, y entonces pasará lo de siempre, E se diluirá, aunque quedará en la recámara y volverá a mis pensamientos en los momentos de bajón, como vuelven todos. El nuevo se convertirá en una obsesión y los días pasarán sin ton ni son.

Por cierto, E vive en la calle París. ¿Será eso una señal?

13.7.10

Miedo

Llevo un rato pensando en cómo escribir este post. Ayer y hoy he estado tentada a dejar mensajes crípticos en el Facebook, pero luego me he dicho a mí misma que no merecía la pena, únicamente servirían para colocarme en una posición vulnerable y posiblemente no me reportarían nada. Sin embargo algo me quema por dentro y creo que verbalizar puede ayudarme.

Me voy de vacaciones con un compañero de clase. Lo que yo califico como un potenciable (físicamente correcto sin ser un modelo, muy inteligente, profesionalmente exitoso y creo que sin ninguna relación en la actualidad). La situación es ideal. Él y yo solos, 31 días, lejos de casa, compartiendo 24 horas diarias.

Pero ahora estoy muerta de miedo. El domingo descubrí que el potenciable me gusta de verdad y me da miedo no gustarle yo. Estoy tan asustada que hasta se me caen las lágrimas (podría ser del calor, pero no creo). Después de un año con el corazón parado, el mío vuelve a latir y ahora me hace daño.

Cuando no tienes nada, no hay miedo a arriesgarse y perder. Ahora no tengo nada, pero tengo miedo a no ganar. Como siempre ya he empezado a analizar cada detalle: ¿por qué me ha enviado las fotos del domingo sin ni una palabra de texto? ¿por qué no me ha contestado al e-mail en el que le agradecía las fotos y le decía un montón de cosas más? ¿por qué no se conecta al skype o al msn? ¿por qué me parece que cuando me ve en el facebook se desconecta? ¿por qué llama a la otra para preguntarle dónde podemos ir a comer?...

Evidentemente estoy paranoica, lo sé, pero no sé cómo pararlo. Y eso me asusta todavía más. Si tan sólo el domingo no me lo hubiera pasado tan bien...

27.4.10

I believe, I believe...

Ayer y hoy en Spotify está sonando George Michael. Definitivamente me gustaba mucho más cuando estaba en Wham que todo lo que ha hecho posteriormente. Pero ése no era el tema. La cuestión es que una de las canciones de George Michael, Shoot the dog, es un refrito de un tema de la Human League, Love Action.

Últimamente me he dado cuenta que estoy un poco negativa, así que he decidido cambiar las cosas, porque como dice la canción I still believe in love.




Ahora sólo he de encontrar al hombre perfecto (para mí). Si estás leyendo esto, déjame un mensajito...

25.4.10

What can I do...

Esta semana en la ducha ha sido el turno de The Corrs, con su Talk on Corners. La primera canción del disco es su What can I do.

What can I do to make you love me
What can I do to make you care
What can i say to make you feel this
What can I do to get you there


Aunque muchas veces me he hecho estas mismas preguntas, lo triste de ahora mismo es que no puedo pensar en nadie que me las inspire. ¿Es que ya no existen hombres que merezcan la pena? Está claro que necesito conocer a gente nueva...



13.4.10

Resistiendo a la tentación

Hola wapi! Para esta semana un cafe? Besitos

Mensaje de M, el original (ver mis serie de posts sobre Addictions, allá en 2007, la persona a la que creo que más he deseado nunca). En un momento de debilidad el mes pasado lo volví a admitir en el msn y aunque al final lo borré como acabo haciendo siempre, no lo bloqueé. Resultado: acabé dándole de nuevo mi teléfono y un mes después me ha mandado este sms.

Nuestras citas siempre (excepto una única vez) han acabado igual: en plantón, así que estoy resistiéndome a contestar este mensaje y decirle que sí, que tengo ganas de verle. A la pregunta de cuántas veces puede tropezar el hombre con la misma piedra yo contesto que infinitas.

¿Habré aprendido la lección y no recaeré en la tentación? Espero que sí. Seguiré informando.

4.4.10

De lobos y corderos

En la naturaleza hay estrategias ganadoras y estrategias perdedoras. Algunas lo son a corto plazo, otras demuestran sus buenos resultados a largo plazo. Está demostrado que las estrategias colaborativas dan mejores resultados a largo plazo y tienden a propagarse, aunque a la corta, estrategias egoístas dan mejores resultados.

Aunque esto de los resultados, también es relativo. Cuando me refería a mejores resultados, me estaba refiriendo al conjunto de la población. En general, los individuos egoístas, si lo son de verdad, son los que obtienen mejores resultados para ellos como individuos (aunque no necesariamente para los suyos), porque el que es egoísta de verdad, no sólo es egoísta, sino que además no tiene escrúpulos ni remordimientos, por lo que no se siente mal al ser egoísta.

Y uno puede preguntarse, y todo esto de las estrategias de la naturaleza, ¿qué tiene que ver con los lobos y los corderos? Pues como siempre, todo se liga a través de mi vida sentimental, como prácticamente todo lo que escribo.

Me he dado cuenta que los lobos disfrazados de cordero dan mucho miedo. Que van sueltos por ahí haciendo daño a diestro y siniestro, y que lo peor es que pueden machacarte sin que te des cuenta que son unos lobos, y mientras te trituran encima sientes pena por ellos.

La estrategia contraria, la de los corderos disfrazados de lobos, es una estrategia de pura defensa. El mayor inconveniente es que te mantiene bastante aislado y puede provocar rechazo, y por supuesto, que hay un cordero debajo de la piel de lobo, y ese cordero es una presa fácil si uno no se deja engañar.

Seguramente, como todo en la vida, lo mejor son las estrategias mixtas y adaptativas. El saber adoptar un papel u otro en función del entorno, pero sin llegar a perder la esencia, debería ser lo más exitoso. El truco está en la velocidad de respuesta.

Y mientras escribo esto ha empezado a sonar en Spotify Hungry Like the Wolf ¿significará algo?



20.3.10

Message in a bottle

Hoy vuelvo a estar con ganas de llorar (veo que como en el último post que escribí). He pensado que si intento escribir lo que me pasa quizás se me pase ;)

Hoy no estoy triste porque haya tenido una semana dura. Es cierto que todavía tengo más trabajo del que puedo manejar y que voy atrasada. También estoy con los exámenes de chino y después de casi dos meses de no ir a clase pues no es que me entere de mucho que digamos. Pero creo que no es eso.

La sensación de hoy ha ido creciendo poco a poco. Tengo una duda existencial. A pesar de que he llegado al convencimiento de que como seres humanos no tenemos ningún propósito en la vida (y eso es muy duro), hoy me preguntaba si las cosas que me pasan tienen algún objetivo o, como mínimo, algún sentido.

Cada vez me siento más vulnerable. Supongo que en realidad cada vez lo soy menos, pero las experiencias me hacen consciente de mis vulnerabilidades, con lo que mi percepción de mi vulnerabilidad aumenta.

Esta semana también me estoy preguntado lo siguiente: ¿qué sentido tiene que intente tener una buena relación con el último tipo que me rompió el corazón y que siga viéndole y quedando con él?

Hace ya varias semanas que habíamos quedado para comer y para ir al cine, pero al final he tenido que anularlo en 2 ocasiones. Este fin de semana podría haberle llamado para intentar quedar con él, pero algo me dice que no debo hacerlo. A pesar de que ahora no me pongo a llorar desconsoladamente en el momento más imprevisto, sí que es cierto que vuelvo a pensar en él. Me dijo muchas mentiras y tengo claro que no quiero estar con un mentiroso, incluso tengo claro que no quiero estar con él en concreto. Sé que se aprovechó de mí porque estaba necesitada de cariño (además de darme cuenta por mí misma, él también me lo ha confesado). Al principio únicamente estuve en guardia por si quería aprovecharse económicamente y cuando vi que ése no era el caso, bajé la guardia. Pero él sí se aprovechaba. Buscaba alguien que le perdonara todas las cosas que hacía mal. Que le pasara por alto todas las mentiras. Alguien que le hiciera compañía cuando le interesaba no estar solo. Y todo a cambio de un poco de cariño. El mismo truco que desde siempre había utilizado con sus padres y que ahora le seguía funcionando con mujeres solas, alrededor de la cuarentena y sin grandes problemas económicos. No he sido la única. Ni la primera ni la última. Simplemente una más.

Esta semana además he vuelto a hablar con M, otro de mis tíos erróneos. Otra persona gracias a la cual he aprendido bastantes cosas sobre mí misma. Le tenía bloqueado en el msn, pero en un momento de debilidad volví a desbloquearlo y ya no pensé más en ello. El otro día inició una conversación. Supongo que es otra persona que busca alguien que le llene on-line los ratos en los que se aburre. Yo le estuve echando puyas durante la conversación e incluso le dije que le tenía bloqueado por engañarme. Me dio su teléfono y me dijo que si necesitaba charlar con alguien que lo llamara. Mientras estoy escribiendo esto he hecho la prueba y he llamado. Tiene el móvil desconectado, sin contestador, así que aunque hoy sí que necesito charlar con alguien, él tampoco está disponible (S vuelve a estar ilocalizable, tendencia habitual últimamente).

Ya he localizado a S, pero ella tiene problemas más graves que escucharme a mí. Dice que a su hijo le dan temblores (ahora cada día, antes una o dos veces al mes) y, claro, está preocupada, porque los médicos le dicen que no pueden hacer nada y que no sirve de nada hacerle un encefalograma si no es cuando le está dando el temblor. Se ha dado cuenta que no estaba bien, pero le he explicado que estoy intentando no llamar al último tío con el que estuve y que por eso no estoy bien y he colgado rápidamente.

Me doy cuenta que estoy atravesando una época en la que necesito tener a alguien que me escuche, alguien que no esté peor que yo y que me ayude. Un soporte. No quiero ser una carga impuesta, me gustaría ver la predisposición en alguien, pero no la veo, así que de momento parcheo.

Hoy me ha quedado un post largo y desordenado, y no sé si me ha ayudado escribirlo (ahora ya sí que estoy llorando). Podría no publicarlo. O ahora que lo he escrito recortarlo. O dejarlo tal como está y esperar que alguien lea el mensaje y venga a rescatarme. ¿Son los blogs de hoy simplemente el mensaje en una botella que el náufrago echa al agua con la esperanza de que lo vengan a rescatar? (voy a cambiar el título del post, de Tristeza 2 a Message in a Bottle, que queda más internacional).



7.3.10

Tristeza

Hoy me siento infinitamente triste. Supongo que es el resultado de esta semana, que ha sido muy dura. Como siempre, las hormonas no han ayudado.

2010 empezó bien, un proyecto nuevo y a los pocos días una oferta de trabajo que se prometía como una salida a la situación de incertidumbre que supone el trabajar por cuenta propia. Además creía que mi corazón ya estaba curado y tenía un millón de planes para aprovechar cada minuto.

Sin embargo, tantas cosas buenas me han desbordado. Tuve que dejar de asistir a clase de chino, comer en el tren de camino de un trabajo a otro, trabajar hasta pasadas las 12 de la noche y los fines de semana y presentarme a mis reuniones sabiendo que no las había preparado como era debido. Y para colmo, teniendo que enfrentarme con la que se suponía iba a ser mi apoyo en el nuevo trabajo y que más que sumar ha resultado que restaba. Y con todo ello, todos mis planes se quedaron en simples ideas que tuve un día y que no retomé por falta de tiempo.

El jueves dejé el trabajo y redefiní el tipo de servicios que iba a prestar, esta vez como autónoma. A pesar de que he renunciado a mis responsabilidades, desde entonces no he parado de pensar en ellas. Ahora, con un poco de perspectiva, la cosa no parece tan grave, aunque supongo que la gravedad se ha diluido porque ya he dicho que yo no quiero ser responsable de todo, y por lo tanto, puedo centrarme en lo que realmente es importante y dejar lo otro de lado, porque al fin y al cabo, ya no es cosa mía.

Ahora que he recuperado mi vida, sin embargo, al haberlo hecho tan de golpe y sin tiempo para llenar los huecos que otra vez me han quedado, vuelvo a sentirme sola y eso me entristece. Siempre me pasa lo mismo. Me centro en lo que me parece importante en cada momento, ése algo llena mi tiempo y cuando desaparece de repente el vacío me golpea con toda su fuerza.

Hoy es el cumpleaños de S y me han invitado a comer a su casa, con toda la familia. Eso me hace sentir más sola todavía. Me aprecian, pero al fin y al cabo no son mi familia, sino la suya. Y S se irá mañana y ya no sé cuando volverá. Las cosas han cambiado, pero yo quiero lo de siempre, compañía, un abrazo y un poco de cariño (de acuerdo, quiero muchísimas más cosas, honestidad, inteligencia, comunicación, atractivo físico, aficiones comunes... y un viaje a París).

7.2.10

Pick up the phone, please

Hoy necesito hablar con S. Hace una hora que estoy intentando dar con ella, pero no me coge el móvil. Ya le he mandado un sms.

En julio, cuando me rompí, también necesitaba hablar con ella, pero tampoco estaba. Pude llorar en el hombro de mucha gente, algunos buenos amigos, otros simples conocidos, algunos en persona, otros a distancia. Pero hoy sólo quiero hablar con ella. No sé ni siquiera cómo me encuentro exactamente. Impactada, conmocionada por lo que hoy he sabido, pero no sé de qué forma me va a afectar. De momento sé que necesito hablar con S y que no puedo concentrarme.

Verbalizar me ayuda, pero no quiero escribir aquí. Quiero hablar con S.

2.2.10

La buena suerte

No recuerdo si ya lo había comentado en algún otro post, pero me considero una de las personas más afortunadas de este planeta. Aunque quizás lo de tener suerte o no depende de cómo nos tomemos las cosas.

Hoy he ido a comer con un compañero de trabajo (bueno, fuimos compañeros de trabajo hace muchos años, y ahora, aunque no trabajamos en la misma empresa, estamos en las mismas oficinas y se puede decir que tenemos el mismo jefe). Me ha llevado a un restaurante cuya especialidad es la pasta (sin duda mi tipo de comida favorito). El caso es que al poco de estar comiendo he visto que en mi plato había un tornillo pequeñito recubierto de salsa.

El hecho me ha asombrado, porque no podía imaginarme de dónde había salido el tornillo, pero me he considerado muy afortunada porque si no lo hubiera visto hubiera tenido todos los números para romperme un diente al masticar o bien hacerme una herida al tragármelo. Seguramente, otras personas considerarían que he tenido la mala suerte de que un tornillo fuera a parar a mi plato.

Al final me han traído otro plato de pasta y no me lo han cobrado (e incluso el cocinero ha salido a pedirme disculpas en persona). Yo sigo considerando que hoy he he sido muy afortunada.

30.1.10

Lo nunca visto

Hace unos días fui a un seminario sobre eficiencia energética. A la hora del descanso vi una cosa que nunca había visto y que no creo vuelva a ver en toda mi vida. Al ir al servicio me encontré con una cola de unos 10 hombres, ninguna mujer. Pensé que se trataba de servicios unisex, y mientras ponderaba si aguantar la cola o continuar el seminario sin pasar por el baño, uno de los que hacía la cola va y me dice: puedes pasar, que el de señoras está libre.

Mi cara de sorpresa debió ser tal, que otro de los de la cola me dijo: aprovecha, que seguramente esto no se ve todos los días.