13.7.10

Miedo

Llevo un rato pensando en cómo escribir este post. Ayer y hoy he estado tentada a dejar mensajes crípticos en el Facebook, pero luego me he dicho a mí misma que no merecía la pena, únicamente servirían para colocarme en una posición vulnerable y posiblemente no me reportarían nada. Sin embargo algo me quema por dentro y creo que verbalizar puede ayudarme.

Me voy de vacaciones con un compañero de clase. Lo que yo califico como un potenciable (físicamente correcto sin ser un modelo, muy inteligente, profesionalmente exitoso y creo que sin ninguna relación en la actualidad). La situación es ideal. Él y yo solos, 31 días, lejos de casa, compartiendo 24 horas diarias.

Pero ahora estoy muerta de miedo. El domingo descubrí que el potenciable me gusta de verdad y me da miedo no gustarle yo. Estoy tan asustada que hasta se me caen las lágrimas (podría ser del calor, pero no creo). Después de un año con el corazón parado, el mío vuelve a latir y ahora me hace daño.

Cuando no tienes nada, no hay miedo a arriesgarse y perder. Ahora no tengo nada, pero tengo miedo a no ganar. Como siempre ya he empezado a analizar cada detalle: ¿por qué me ha enviado las fotos del domingo sin ni una palabra de texto? ¿por qué no me ha contestado al e-mail en el que le agradecía las fotos y le decía un montón de cosas más? ¿por qué no se conecta al skype o al msn? ¿por qué me parece que cuando me ve en el facebook se desconecta? ¿por qué llama a la otra para preguntarle dónde podemos ir a comer?...

Evidentemente estoy paranoica, lo sé, pero no sé cómo pararlo. Y eso me asusta todavía más. Si tan sólo el domingo no me lo hubiera pasado tan bien...