19.11.06

Ataques


De vez en cuando me dan ataques de profunditis, es decir, me pongo a pensar si mi vida va por donde yo quiero, si actúo bien, si estaré tomando las decisiones adecuadas, etc., etc.

Hoy es uno de esos días. Estoy hecha un lío, así que he pensado que quizás si pongo las ideas por escrito me aclare un poco.

Qué es lo que quiero:

  1. que todo el mundo me quiera (eso no puede ser)
  2. gustar a las personas que me gustan (tampoco puede ser)
  3. que me toque mucho dinero y no tener que preocuparme por el tema nunca más (difícil, dado que no juego a juegos de azar)
  4. vivir al menos hasta los 100 años (intento cuidarme, pero nunca se sabe)

Y horror de los horrores, me acabo de dar cuenta que hasta aquí, las cosas que quiero no dependen de mí (así que ya no seguiré pensando en más cosas que quiero, porque conseguiré deprimirme, y si estar desorientada como ahora es malo, desorientada y deprimida es peor).

Hoy también he pensado en un concepto nuevo, que no se me había ocurrido hasta el momento: respeto. Es importante que la gente me respete como persona, les puedo gustar o no, pero el respeto es fundamental. Yo creo que respeto a todo el mundo, aunque pensando, pensando, quizás a todos menos a mí misma.

No sé si me he aclarado un poco, pero de lo que sí estoy segura es que voy a intentar trabajar en lo del respeto. Y por cierto, dejar que los demás hagan tu trabajo es una tontería. Si quieres que las cosas se hagan, hazlas tú mismo.

9.11.06

Misterios de la vida


A veces las cosas son exactamente lo que parecen, aunque haya personas que se empeñen en intentar hacernos creer lo contrario. El lunes de la semana pasada por fin se desveló el misterio que me ha quitado el sueño los últimos meses. Definitivamente lo supe. Las piezas del puzzle por fin han encajado. La sensación de alivio ha sido enorme. Mejor saber las malas noticias que vivir con la duda.

Ahora empieza otra etapa. Supongo que debería tomar ciertas decisiones. Yo sé lo que me conviene, pero por una vez seguiré uno de los consejos que me dieron en el trabajo pero que nunca apliqué porque no me gusta: Apila todos los asuntos que te vayan llegando y no te preocupes de ellos hasta que están a punto de explotar. De muchos de ellos no tendrás que ocuparte, puesto que los acabará resolviendo alguien que sea más pringado que tú.

Esta vez esperaré, la tormenta pasará y las aguas volverán a su cauce sin que haya tenido que tomar ninguna decisión drástica y sin que me atenace la sensación de que se me escapa lo que quiero. Simplemente dejaré de quererlo porque el tiempo hará el trabajo por mí.