9.11.06

Misterios de la vida


A veces las cosas son exactamente lo que parecen, aunque haya personas que se empeñen en intentar hacernos creer lo contrario. El lunes de la semana pasada por fin se desveló el misterio que me ha quitado el sueño los últimos meses. Definitivamente lo supe. Las piezas del puzzle por fin han encajado. La sensación de alivio ha sido enorme. Mejor saber las malas noticias que vivir con la duda.

Ahora empieza otra etapa. Supongo que debería tomar ciertas decisiones. Yo sé lo que me conviene, pero por una vez seguiré uno de los consejos que me dieron en el trabajo pero que nunca apliqué porque no me gusta: Apila todos los asuntos que te vayan llegando y no te preocupes de ellos hasta que están a punto de explotar. De muchos de ellos no tendrás que ocuparte, puesto que los acabará resolviendo alguien que sea más pringado que tú.

Esta vez esperaré, la tormenta pasará y las aguas volverán a su cauce sin que haya tenido que tomar ninguna decisión drástica y sin que me atenace la sensación de que se me escapa lo que quiero. Simplemente dejaré de quererlo porque el tiempo hará el trabajo por mí.

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