7.3.10

Tristeza

Hoy me siento infinitamente triste. Supongo que es el resultado de esta semana, que ha sido muy dura. Como siempre, las hormonas no han ayudado.

2010 empezó bien, un proyecto nuevo y a los pocos días una oferta de trabajo que se prometía como una salida a la situación de incertidumbre que supone el trabajar por cuenta propia. Además creía que mi corazón ya estaba curado y tenía un millón de planes para aprovechar cada minuto.

Sin embargo, tantas cosas buenas me han desbordado. Tuve que dejar de asistir a clase de chino, comer en el tren de camino de un trabajo a otro, trabajar hasta pasadas las 12 de la noche y los fines de semana y presentarme a mis reuniones sabiendo que no las había preparado como era debido. Y para colmo, teniendo que enfrentarme con la que se suponía iba a ser mi apoyo en el nuevo trabajo y que más que sumar ha resultado que restaba. Y con todo ello, todos mis planes se quedaron en simples ideas que tuve un día y que no retomé por falta de tiempo.

El jueves dejé el trabajo y redefiní el tipo de servicios que iba a prestar, esta vez como autónoma. A pesar de que he renunciado a mis responsabilidades, desde entonces no he parado de pensar en ellas. Ahora, con un poco de perspectiva, la cosa no parece tan grave, aunque supongo que la gravedad se ha diluido porque ya he dicho que yo no quiero ser responsable de todo, y por lo tanto, puedo centrarme en lo que realmente es importante y dejar lo otro de lado, porque al fin y al cabo, ya no es cosa mía.

Ahora que he recuperado mi vida, sin embargo, al haberlo hecho tan de golpe y sin tiempo para llenar los huecos que otra vez me han quedado, vuelvo a sentirme sola y eso me entristece. Siempre me pasa lo mismo. Me centro en lo que me parece importante en cada momento, ése algo llena mi tiempo y cuando desaparece de repente el vacío me golpea con toda su fuerza.

Hoy es el cumpleaños de S y me han invitado a comer a su casa, con toda la familia. Eso me hace sentir más sola todavía. Me aprecian, pero al fin y al cabo no son mi familia, sino la suya. Y S se irá mañana y ya no sé cuando volverá. Las cosas han cambiado, pero yo quiero lo de siempre, compañía, un abrazo y un poco de cariño (de acuerdo, quiero muchísimas más cosas, honestidad, inteligencia, comunicación, atractivo físico, aficiones comunes... y un viaje a París).

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