28.1.07

Recuerdos

Cuando era pequeña, en la peluquería de mi abuela, para que me entretuviera me daban un listín telefónico. Uno con las páginas azules o bien las páginas amarillas. Yo contaba las páginas y me sorprendía que no coincidiera el número que yo contaba con el que aparecía en la esquina de arriba (en el listín azul, las páginas pares e impares, en el amarillo, el número de la categoría del primer servicio que aparecía en la página). Las clientas se sorprendían que yo estuviera allí, tan quietecita, simplemente contando las páginas de un listín.

También me gustaba jugar con los rulos y bigudíes, los ordenaba por tamaños, formas y colores y los colocaba en los diferentes estantes del carrito, que a su vez estaban divididos en parcelas más pequeñas. A casa podía llevarme las cajas de cartón con los separadores. Las podías desmontar y descubrías que una especie de E’s encajaban para formar una celosía, que se aguantaba sin necesidad de pegamento (en aquella época, sin embargo, no sabía lo que eran las celosías).

Y de todo esto me he acordado mientras hacía los deberes de inglés. Qué cosas tiene la mente.

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