19.10.06

Besos

Hoy, mientras me echaba la cremita de turno enfrente del espejo, he pensado en los besos. Dice la canción lo que importa está los besos..., y aunque El Canto del Loco no me gustan, en esta ocasión he de reconocer que tienen toda la razón.

Nunca me había planteado la importancia de los besos, hasta que me encontré con dos casos seguidos de besos no satisfactorios (por llamarlos de alguna forma). Uno de los casos fue realmente desagradable, un beso poco delicado y muy invasivo. Tan horrible que me dejó los labios hinchados por dos días (supongo que el mal afeitado también influyó). Con el otro, no sentí nada, un acto mecánico y nada más.

Estos dos casos me provocaron unas dudas tremendas. ¿Era posible que fuera culpa mía y que no supiera besar? ¿me había pasado antes y simplemente no me había dado cuenta?

Empecé a recordar y me di cuenta que me había besado con alguna que otra persona cuyos besos no eran para tirar cohetes, y a algún que otro chico le había tenido que decir que de morderme los labios, nada de nada, que no me gusta, pero nunca dos experiencias tan frustrantes como las anteriores (y mucho menos seguidas).

A pesar de las dudas, me resistía a preguntar (mejor tener la duda que saber con certeza que soy un desastre hasta en eso). Por suerte, el siguiente tipo al que besé besaba de maravilla, así que decidí que no era culpa mía, sino de la pareja de turno.


Y quizás sean los besos lo que más se echa de menos al no tener pareja estable, besos por la mañana, besos a la hora de comer, besos para merendar, besos para cenar y besos al acostarte. Pero por ahora sólo bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche la última vez... (porque es probable que lo sea).

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