1.10.06

Dejar o ser dejado


Hoy he hablado con una amiga y me ha dicho que sea yo quien pare, que al menos me de el gustazo de saber que fui yo quien lo dejó y puso el punto final.

Por un lado, tiene toda la razón. Cuando las cosas no tiran, contra antes las acabes mejor, y si eres tú quien toma la decisión, desaparece la sensación de rechazo. Sin embargo, cuando estás enganchada a algo, aunque sepas que es malo para ti, renunciar a lo que tienes, aunque sea poco, cuesta.

Pensando en la situación, me he imaginado que debe ser parecido a dejar de fumar. Sabes que el tabaco es malo, pero estás enganchado y te cuesta dejarlo. ¿No sería más fácil si los cigarrillos te dijeran: “no importa que me enciendas, no voy a dejar que me fumes”?

En fin, triste existencia la de los cigarrillos. Acabar consumidos por el fuego para ser luego aplastados contra un cenicero o en el suelo...

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